Bible Lesson 10

Pasando por la orilla del mar de Galilea, Jesús vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban la red al lago, pues eran pescadores. «Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres.» Al momento dejaron las redes y lo siguieron.

Un poco más adelante vio a Jacobo y a su hermano Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en su barca remendando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron con Jesús. Jesús expulsa a un espíritu maligno

Entraron en Capernaúm, y tan pronto como llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y se puso a enseñar. La gente se asombraba de su enseñanza, porque la impartía como quien tiene autoridad y no como los maestros de la ley. De repente, en la sinagoga, un hombre que estaba poseído por un espíritu maligno gritó:

—¿Por qué te entrometes, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios!

—¡Cállate! —lo reprendió Jesús—. ¡Sal de ese hombre!

Entonces el espíritu maligno sacudió al hombre violentamente y salió de él dando un alarido. Todos se quedaron tan asustados que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva, pues lo hace con autoridad! Les da órdenes incluso a los espíritus malignos, y le obedecen.» Como resultado, su fama se extendió rápidamente por toda la región de Galilea.

Tan pronto como salieron de la sinagoga, Jesús fue con Jacobo y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y en seguida se lo dijeron a Jesús. Él se le acercó, la tomó de la mano y la ayudó a levantarse. Entonces se le quitó la fiebre y se puso a servirles.

Al atardecer, cuando ya se ponía el sol, la gente le llevó a Jesús todos los enfermos y endemoniados, de manera que la población entera se estaba congregando a la puerta. Jesús sanó a muchos que padecían de diversas enfermedades. También expulsó a muchos demonios, pero no los dejaba hablar porque sabían quién era él.

Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros salieron a buscarlo.

Por fin lo encontraron y le dijeron: —Todo el mundo te busca.

Jesús respondió: —Vámonos de aquí a otras aldeas cercanas donde también pueda predicar; para esto he venido.

Así que recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando demonios.

Passing along the shore of the Sea of Galilee, Jesus saw Simon and his brother Andrew who were casting their net into the lake, since they were fishermen. “Come, follow me,” Jesus said to them, “and I will make you fishers of men.” At that moment they left their nets and followed him.

A little farther they saw James and his brother John, sons of Zebedee, who were in their boat mending the nets. Right away he called them, and they, leaving their father Zebedee in the boat with his laborers, left with Jesus.

The entered into Capernaum, and as soon as the Sabbath arrived, Jesus went to the synagogue and began to teach. The people were amazed at his teaching, because he imparted it as one who has authority and not as their teachers of the law. Suddenly, in the synagogue, a man who was possessed by an evil spirit cried:

“”Why do you interfere with us, Jesus of Nazareth? Have you come to destroy us? I know who you are: the Holy One of God!”

“Quiet yourself!” responded Jesus, “Leave that man!”

Then the evil spirit shook the man violently and left from him, giving a shriek. All were so scared that they asked each other, “Who is this? A new teaching, he does it with authority! He gives orders even to evil spirits, and they obey him.” As a result, his fame extended rapidly throughout the region of Galilee.

As soon as they left the synagogue, Jesus went with James and John to the house of Simon and Andrew. Simon’s mother-in-law was in bed with fever, and right away they told it to Jesus. He approached her, took her by the hand and helped her to rise. Then the fever left her and she got up to serve them.

At nightfall, as the sun was setting, the people brought to Jesus all the sick and demon-possessed, so that the whole population was congregating at the door. Jesus healed many who were suffering from diverse ailments. Also he cast out many demons, but he did not let them speak because they knew who he was.

Very early in the morning, when it was still dark, Jesus got up, left the house and went to a lonely place, where he began to pray. Simon and his companions went out to seek him.

Finally they found him and said to him, “Everyone is looking for you.”

Jesus responded, “Let’s go from here to other nearby villages where also I can preach; for this I have come.”

So he went throughout Galilee, preaching in the synagogues and expelling demons.